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Hace ya un año que comencé un programa de desarrollo personal e incremento de la productividad, soy de las de un poquito más de formación nunca viene mal, porque renovarse o morir!!!!!! y porque mi cabeza necesita de ese alimento que es la información.

Si mi día tuviera 24 horas más, la mitad de ellas las pasaría aprendiendo, porque se trata de eso no?? De aprender siempre, de lo que te gusta, de lo que no, de lo que hacemos bien, de lo que no, de lo que podríamos hacer, de lo que hacemos, de lo queremos conseguir, de lo que conseguimos, de lo que nos llena personalmente, de lo que lo hace profesionalmente, en fin….aprender, aprender a ser mejor persona y mejor profesional.

Y en este punto nos vamos a centrar, en el crecimiento profesional, donde vengo a contaros mi experiencia con este programa y algunas de las cosas que he aprendido y que hemos puesto en marcha en el estudio y, que, sin duda alguna, han funcionado desde el primer día, aunque no sin esfuerzo y dedicación y, por supuesto, autocrítica diaria.

Al empezar el programa, entusiasmada por comenzar algo nuevo y con las mismas ganas que ponemos en cada uno de nuestros proyectos, porque al final, este era y está siendo uno más, nos hablaban de la rueda de la vida……conformada por varias áreas de las que se nutre la misma, hoy hablaremos un poquito de lo aplicado a nuestro área profesional, específicamente a nuestra manera de trabajar.

Llegados este punto, realizamos un análisis exaustivo del funcionamiento de la empresa, lo que supone analizar punto por punto:

Clientes : Tipos y frecuencia de demanda de trabajo, qué cliente queremos mantener y cuál no, procedencia del cliente (referencias, web, redes sociales), antigüedad, tiempo empleado en atenderles, tipo de seguimiento, fidelización.
Proveedores : Tipos, tarifas, formas de pago, capacidad de negociación de precios y condiciones.
Colaboradores : Tipos, tarifas, formas de pago, capacidad de negociación de precios y condiciones.
Encargos : Tipos, frecuencia de petición y plazo de la actuación, precios, tiempo invertido en cada tipo de encargo, rentabilidad.
Facturación : Mensual, trimestral, anual, tiempo invertido en realizar facturas, seguimiento de cobros, pagos.
Marketing : Técnicas de publicidad utilizadas, campañas contratadas, feedback y rentabilidad de las mismas, networking (donde asistimos, qué contactos generamos)

Después de tener un desglose más o menos amplio de lo que significa la actividad del estudio, desglosamos diariamente, o intentamos,  cada una de las tareas que realizábamos, intentando clasificar cada una de ellas en:

  • Tareas de alta rentabilidad
  • Tareas de baja rentabilidad
  • Imprevistos
  • Interrupciones

Acompañadas de los tiempos que invertimos diariamente en cada una de ellas, no siendo por supuesto todos los días iguales.

Con esto teníamos un lienzo donde se reflejaba lo productivos o no que éramos, porque de eso se trataba, mejorar nuestra productividad manteniendo la calidad de nuestro trabajo y la atención a nuestros clientes, lo que es nuestra marca.

A partir de ahí, analizando diariamente nuestro trabajo y aprendiendo a marcar metas semanales, mensuales, trimestrales y anuales, lo que para nosotros era trabajar por proyectos, estamos puliendo un sistema de trabajo que hace mucho más productivo el proceso, evitando invertir tiempo donde no es estrictamente necesario, además de implantar medidas correctoras que salen del análisis de toda la toma de datos anterior.

Trabajar con una meta semanal, dividida en acciones a realizar para la consecución de la misma, y agendar en el momento exacto previamente planificado cada una de las ellas, te hace mantenerte enfocado en el objetivo e ir, poco a poco, comiéndote el gran elefante que es a menudo el proceso arquitectónico y constructivo.

Es como trabajar sobre un diagrama de Gantt, donde cada partida es una pequeña meta a conseguir dentro del volumen total de la ejecución, que es el objetivo a cumplir, solo que en nuestra empresa el objetivo lo marcamos nosotros, orientándolo siempre a donde queremos llegar y con las premisas de quienes somos, dirigiendo el proyecto en todo momento, decidiendo qué, cómo y cuándo entra dentro de él, consiguiendo que la consecución de las metas mantenga siempre arriba nuestra motivación y ganas por hacer cosas nuevas.

Espero que estas pinceladas que, aunque pueden parecer básicas, muchas de ellas no te las planteas debido al ritmo que seguimos, a la costumbre , a estar en la zona de confort o a la falta de tiempo de la que tanto nos quejamos y que, ahora, después de que este sistema me haya hecho plantearme muchas cosas, yo lo  llamaría falta de capacidad de decisión o establecimiento de prioridades.

Escríbenos y cuéntanos si compartes nuestras inquietudes.

Nos vemos pronto…..

R.N.Moreno

Formulario de contacto

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